De la derrota a la gloria: cómo Jeran y Leo se coronaron campeones de pádel
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Jeran era un chico que amaba el pádel, pero que se desanimaba cuando perdía. Un día, su monitor Xavi le dio un consejo que cambió su actitud y su juego. Desde entonces, Jeran se convirtió en un campeón del pádel, no porque ganara siempre, sino porque nunca se daba por vencido. Jeran tenía 13 años y le gustaba jugar al pádel. Entrenaba dos días a la semana con sus tres monitores: Xavi, Ángel y Sito. Cada uno le enseñaba algo diferente: Xavi le ayudaba con la técnica, Ángel con la táctica y Sito con la condición física. Jeran disfrutaba mucho aprendiendo de ellos, pero tenía un problema: se frustraba cuando perdía. Jeran era muy competitivo y quería ganar siempre. Cuando jugaba un partido, se ponía nervioso y se exigía demasiado. Si fallaba un golpe o cometía un error, se enfadaba consigo mismo y perdía la concentración. Si el resultado era adverso, se desanimaba y perdía la confianza. Un día, Jeran en uno de los partidos en los que participaba de un torneo de pádel con su compañero Leo