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Mostrando las entradas etiquetadas como alumno

Descubriendo Mi Ventana de Johari: Un Viaje de Autoconocimiento

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A través de la Ventana El aula estaba sumida en un silencio expectante. El profesor Francesc, con su barba canosa y ojos brillantes, se acercó al pizarrón, y escribió "La ventana de Johari". Los alumnos de primero de Bachillerato se preguntaron qué le depararía esta nueva lección. Pero hoy, no se trataba de números o algoritmos; hoy, el profesor de matemáticas iba a abrir una ventana diferente, una ventana que revelaría más sobre Itzan de lo que él mismo imaginaba. Itzan se sentó en su pupitre, con su cuaderno y lápiz en mano. El profesor Francesc comenzó a hablar con una calma que inspiraba confianza. “Queridos alumnos”, dijo el profesor, “hoy vamos a explorar algo especial: la Ventana de Johari. Es como mirar a través de un cristal transparente hacia tu interior y hacia los demás. ¿Estáis listo?” Itzan asintió, intrigado. El profesor dibujó una ventana imaginaria en el pizarrón, dividiéndola en cuatro cuadrantes: Área Pública: Aquí están las partes de ti que todos ven. Tus

Ecos de Amor de Santi y Silvia

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Versos de amor entrelazados En la Universidad de las Letras, donde los versos fluyen como ríos y las metáforas crecen como árboles frondosos, Santi y Silvia eran conocidos por su destreza con las palabras. Compañeros de clase pero no del corazón, compartían un talento para tejer poesía como quien respira música. Un día, el profesor Xavi, con su mirada astuta y sonrisa cómplice, les propuso un desafío en clase participar en un concurso de poemas de amor. “Vuestra habilidad para recitar es innegable,” dijo, “pero, ¿podéis crear poesía que haga palpitar el corazón?” Como raperos en una batalla de rimas, Silvia y Santi aceptaron el reto. Frente a la clase, comenzaron a intercambiar versos, cada uno más apasionado y profundo que el anterior. Lo que empezó como un juego de palabras pronto se convirtió en un diálogo del alma. Silvia: “En el lienzo de mi vida, tu presencia se ha convertido en el arte más sublime.” Santi: “Y en el poema de mi ser, cada palabra tuya es un verso que eterniza el i

El Espejo de la Serenidad

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La Transformación de Martín En un rincón olvidado de las montañas, donde el viento susurraba secretos ancestrales y los árboles parecían custodios de historias perdidas, habitaba el anciano Elías. Su rostro, surcado por el tiempo como las vetas de un antiguo roble, emanaba una serenidad que atraía a los curiosos y a los buscadores de respuestas. Elías no era un hombre común. Sus ojos, profundos como pozos de sabiduría, escudriñaban el mundo con una calma que desafiaba el ajetreo cotidiano. Se sentaba en un banco de madera, tallado por manos que ya no recordaban su origen, y observaba el ir y venir de la gente. A veces, su mirada se perdía en el horizonte, como si buscara respuestas en las nubes o en las hojas que danzaban al compás del viento. Un día, un joven llamado Martín se acercó al anciano. Martín era impulsivo y siempre estaba envuelto en discusiones. Elías lo miró con calma y le ofreció su espejo. “Mírate”, le dijo. “¿Qué ves?” Martín se miró en el espejo y vio su rostro enroje

Levantándose con Valor

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En la vida, algunas veces se gana, otras veces se aprende La lluvia golpeaba las ventanas de la modesta casa de Silvia. La joven, con los ojos fijos en su reflejo, luchaba por reconocer a  la chica que solía ser. La derrota en la competencia nacional de matemáticas había dejado una herida profunda en su orgullo. ¿Cómo podía haber fallado? ¿Cómo podía haberse equivocado en algo que amaba tanto? Su padre, observando en silencio desde la puerta, sabía que este era un momento crucial en la vida de su hija. Se acercó y se sentó junto a ella, eligiendo sus palabras con cuidado. “ Silvia ”, comenzó su padre,  “en la vida algunas veces se gana, otras veces se aprende”. Silvia  alzó la mirada, confundida. ¿Qué significaba eso? ¿Cómo podía aprender de una derrota tan dolorosa? Durante semanas,  Silvia  luchó con sus emociones. La derrota era una sombra constante que oscurecía cada uno de sus logros pasados. Pero algo dentro de ella se negaba a rendirse completamente. Un día, mientras caminaba po

¿Cómo dejé de ser un esclavo de las pantallas?

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Cómo dejé de ser un esclavo de las pantallas: el testimonio de un alumno que superó su adicción David, un alumno de 4º de ESO, nos cuenta cómo logró vencer su adicción a las pantallas, que le había causado graves problemas en su salud, su rendimiento, y su vida social. Su historia es un ejemplo de superación, de valentía, y de madurez. En este debate, moderado por el profesor Francesc, David responde a las preguntas de sus compañeros, y les da consejos para usar la tecnología de forma positiva, responsable, y moderada. Francesc : Buenos días, queridos alumnos y alumnas. Hoy tenemos una actividad muy especial en el salón de actos. Vamos a escuchar el testimonio de uno de nuestros compañeros, que ha tenido la valentía y la generosidad de compartir con nosotros su experiencia personal. Se trata de David, un alumno de 4º de ESO, que ha superado un problema muy grave y muy común en nuestra sociedad: la adicción a las pantallas. Como sabéis, las pantallas son una parte importante de nuestra

La Piedra del Aprendizaje

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Caer no define tu destino, quedarte en el suelo sí. Un profesor y su alumno emprenden un viaje de descubrimiento, donde cada error es una oportunidad para crecer. El profesor Francensc observó a Itzan, su alumno más brillante pero también el más temeroso al fracaso. Los exámenes eran su piedra de tropiezo; cada error lo sumía en un abismo de desesperanza. Un día, Francensc llevó a Itzan a un jardín repleto de rocas y le dijo: “Cada piedra aquí representa un error, un fallo, una caída. Pero mira cómo se han convertido en parte del hermoso paisaje”. Itzan miraba confundido. No entendía cómo sus errores podían ser algo bello. “Hijo,” continuó Francensc “tus errores son tus maestros. Cada vez que caes, tienes dos opciones: quedarte en el suelo o levantarte más sabio”. A lo largo del año escolar, Itzan aprendió a ver sus fallos como oportunidades para aprender. Cada examen no era una prueba de su valor, sino una lección para crecer. Francensc le enseñó que la verdadera derrota no estaba en