Encontrando Propósito en la Acción


En el corazón de Madrid, bajo la cálida luz de un atardecer que tiñe de oro las calles, se encuentra el Auditorio de la Juventud, un lugar donde los sueños y las aspiraciones de la juventud se encuentran para ser inspirados.


Hoy, el auditorio está lleno de estudiantes ansiosos, cada uno al borde de su futuro, listos para ser moldeados por las palabras de un hombre que ha dedicado su vida a encender la chispa de la motivación en los corazones de muchos.


Álvaro López sube al escenario con una sonrisa contagiosa, su presencia es tan luminosa como la luz que entra por los grandes ventanales del auditorio. Se aclara la voz y comienza:


“¡Buenas tardes, jóvenes soñadores! Hoy no vamos a hablar simplemente de lo que queréis hacer en el futuro, sino del alma que pondréis en ello. No es solo la profesión lo que cuenta, sino el propósito y la pasión con la que la realizáis. 

  • Pensad en un dentista. Sí, su tarea es arreglar dientes, pero su propósito es mucho más profundo. Cada vez que repara una sonrisa, está devolviendo confianza, alegría y autoestima a alguien. Su trabajo no es solo técnico, es humano.

  • Y si os pregunto por un psicólogo, ... ¿sólo escucha problemas?. Su propósito es sanar heridas invisibles, liberar cargas emocionales y ayudar a las personas a encontrar su equilibrio interior. Cada sesión es un paso hacia la paz mental.

  • O imaginad a alguien que trabaja en una editorial. Su tarea es corregir textos y pulir palabras. Pero su propósito va más allá: él o ella está dando forma a las ideas, a las historias que cambiarán la vida de quienes las lean. Su propósito es iluminar mentes y tocar corazones a través de las letras.

Álvaro hace una pausa, mirando a los ojos de los estudiantes, y continúa:

“Ahora, quiero que penséis en lo que hacen vuestros padres, pero esta vez, mirad más allá de la tarea. Pensad en el impacto que tienen sus acciones en la vida de los demás. ¿Listos? Compartid conmigo, y juntos, descubriremos el propósito oculto en cada acción.”

  • Álvaro: “¿Cómo te llamas y a que se dedica uno de tus padres?”

  • Pedro: “Pedro, y mi padre pinta las paredes de las casas. Y mi madre es contable y realiza nóminas en una asesoría.”

  • Álvaro: “¡Ah, Pedro! Tu padre no es solo un pintor. Él es un creador de espacios. Imagina las paredes como lienzos en blanco. Cada brochazo es una promesa de transformación. Cuando pinta, está dando vida a los hogares, llenándolos de color y calidez. Su propósito es hacer que las personas se sientan en casa, incluso en las casas más anónimas. ¿No es hermoso?”

  • Álvaro: “Tu madre no es solo una contable. Ella es una arquitecta financiera. Cada número que registra es como un ladrillo en la construcción de la estabilidad. Las nóminas que elabora no son solo cifras, son la base para que las familias puedan vivir sin preocupaciones. Su propósito es darles tranquilidad, incluso cuando los números parecen fríos. ¿Lo ves?”

  • Álvaro: “Y tu nombre, ¿y otra profesión?”

  • Maria: “María, y Mi madre es policía y persigue delitos.”

  • Álvaro: “María, tu madre no es solo una policía. Ella es una guardiana de la paz. Cada vez que persigue un delito, está protegiendo a la comunidad. Su propósito es mantenernos a salvo, incluso cuando las calles parecen peligrosas. Su uniforme es un escudo, y su corazón late por la justicia. ¿No es admirable?”


  • Álvaro: “¿Y los tuyos?”

  • Paco: “Paco, mi madre es enfermera y atiende enfermos. Y mi padre realiza programas”

  • Álvaro: “Paco, tu madre no es solo una enfermera. Ella es una sanadora. Cada vez que cuida a un paciente, está tejiendo hilos de esperanza. Sus manos son como alas que alivian el dolor. Su propósito es dar consuelo, incluso cuando las enfermedades parecen implacables. ¿No es conmovedor?”

  • Álvaro: “Paco, tu padre no es solo un programador. Él es un arquitecto digital. Cada línea de código que escribe es como un ladrillo en la construcción de un mundo virtual. Sus programas no son solo aplicaciones, son herramientas que facilitan la vida de las personas. Su propósito es crear soluciones, incluso cuando los errores parecen insalvables. ¿Lo entiendes?”


  • Álvaro: “¿Y tus padres?”

  • Andrés: “Andres, y mi padre es un comercial que vende viajes.”

  • Álvaro: “Andrés, tu padre no es solo un vendedor. Él es un narrador de aventuras. Cada destino que ofrece es como un capítulo en el libro de la vida. Sus viajes no son solo paquetes turísticos, son oportunidades para descubrir el mundo y encontrarse a uno mismo. Su propósito es abrir puertas a la exploración, incluso cuando las oficinas parecen limitantes. ¿Lo ves?”


Álvaro sonríe mientras los estudiantes asimilan sus palabras. En ese momento, el auditorio se llena de un silencio reverente. Los jóvenes empiezan a ver más allá de las tareas.

Recordad, el propósito está en los detalles, en la pasión que ponemos en cada acción. Así que la próxima vez que veáis a alguien realizando una tarea aparentemente simple, preguntaros: 

¿Cuál podría ser su propósito oculto? 


Álvaro López se pasea por el escenario con una calma que contrasta con la energía vibrante de su discurso. “Cuando una revindicación, un equipo, una organización o una persona tiene un propósito, un por qué y un para qué potente, las cosas cambian enormemente,” comienza, su voz resonando en el auditorio.


  • Tomemos, por ejemplo, la lucha por la igualdad de género. No es solo una revindicación; es un llamado a la acción para crear un mundo donde mujeres y hombres tengan las mismas oportunidades y sean valorados por igual. Es un propósito que busca transformar la sociedad, que cada persona, independientemente de su género, pueda alcanzar su máximo potencial.”

  • La Organización de las Naciones Unidas no es solo un conjunto de países; es una alianza con el propósito de mantener la paz mundial, promover el desarrollo sostenible y proteger los derechos humanos. Cada misión de paz, cada programa de ayuda, cada conferencia sobre el cambio climático es un paso hacia ese propósito.”

  • Un equipo de fútbol no es solo once jugadores en el campo. Es una unidad con el propósito de inspirar, de unir a las personas bajo una pasión común, de demostrar que el trabajo en equipo y la perseverancia pueden llevar a la victoria, tanto en el deporte como en la vida.”

  • Y en nuestras profesiones diarias, podemos encontrar propósitos igualmente poderosos. Un arquitecto no solo diseña edificios, sino que crea espacios que mejoran la calidad de vida de las personas. Un agricultor no solo cultiva alimentos, sino que nutre a la nación. Un maestro no solo imparte conocimientos, sino que moldea el futuro.”


Álvaro se detiene y mira a la audiencia. “Ahora, me gustaría escuchar de tres de vosotros. ¿Qué queréis hacer y cuál es vuestro propósito?”

  • Pedro: “Quiero ser abogado para luchar por la justicia.”

  • Álvaro: “Excelente. Tu propósito es ser el baluarte de la equidad, asegurando que la balanza de la justicia esté bien equilibrada para todos.”


  • María: “Sueño con ser bióloga marina para proteger los océanos.”

  • Álvaro: “Maravilloso. Tu propósito es ser la guardiana de los mares, velando por la salud de nuestros ecosistemas acuáticos y la biodiversidad que albergan.”


  • Paco: “Aspiro a ser músico para compartir mi arte.”

  • Álvaro: “Admirable. Tu propósito es ser el compositor de emociones, conectando corazones a través de la universalidad de la música.”


Álvaro asiente con satisfacción. “Veis, cada uno de vosotros tiene un propósito que va más allá de la profesión. Es cómo y para qué lo hacéis lo que define vuestro impacto en el mundo. Recordad siempre, vuestro propósito es la brújula que guía vuestras acciones y decisiones.

Álvaro López se para frente a la multitud, su silueta recortada contra el resplandor del atardecer que se filtra por las ventanas. Con una mirada que abarca cada rostro expectante, pronuncia las palabras que servirán de cierre a esta jornada de descubrimiento:

“En el lienzo de la vida, cada pincelada cuenta una historia, cada color revela un propósito. No somos meros actores siguiendo un guion; somos autores escribiendo capítulos llenos de significado. 
Recordad siempre que el propósito no es un destino al que llegar, sino la luz que guía cada paso, el viento que impulsa nuestras velas en la travesía hacia la realización personal. 
Así que, cuando el camino se torne incierto, buscad esa luz, seguid ese viento, y dejad que vuestro propósito os lleve a puertos de grandeza.”



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