Equilibrio Emocional en la Infancia: Claves para la Educación Resiliente

En el corazón de Barcelona, el prestigioso Colegio Montjuïc abre sus puertas para una charla especial dirigida a los padres de familia.


La preocupación por el bienestar emocional de los estudiantes ha llevado a la dirección del colegio a organizar este evento, enfocado en la importancia del equilibrio emocional y cómo evitar la sobreprotección.

El profesor Jordi Casas, conocido por su dedicación y cercanía con los alumnos y padres, es el encargado de presentar al invitado de honor. 


  • Profesor Casas: “Buenas tardes a todos y gracias por acompañarnos en esta tarde tan importante. Hoy tenemos con nosotros al Dr. Alejandro Serra, un psicólogo con amplia experiencia en el desarrollo emocional infantil. Él nos compartirá su valiosa perspectiva sobre cómo podemos guiar a nuestros hijos hacia una madurez emocional saludable, sin caer en la trampa de la sobreprotección.”


El Dr. Serra se acerca al podio con una sonrisa cálida. 

  • Dr. Serra: “Gracias, Profesor Casas, y gracias a todos los padres que están aquí hoy. Es un honor poder hablarles sobre un tema que no solo es mi profesión, sino también mi pasión. Creo firmemente que el equilibrio emocional es el pilar de una infancia sana y la base  para un futuro de bienestar.”


  • Profesor Casas: Es un tema muy interesante y relevante. Las emociones como la tristeza, la frustración y el aburrimiento son, efectivamente, aspectos fundamentales de la experiencia humana. A menudo, en un intento de proteger a los niños, se les puede privar de estas experiencias, pero es importante reconocer que enfrentar y gestionar estas emociones es crucial para su desarrollo. Dr. Serra, ¿podría explicarnos por qué es vital que los niños aprendan a reconocer y nombrar todas sus emociones?

  • Dr. Serra: Por supuesto, Profesor Casas. El reconocimiento de las emociones es una habilidad fundamental para el desarrollo emocional. Cuando los niños aprenden a identificar lo que sienten, pueden comunicar mejor sus necesidades y comprender las de los demás. Esto les ayuda a construir relaciones más fuertes y a manejar situaciones sociales complejas.

  • Profesor Casas: ¿Tiene algún ejemplo que ilustre esto?

  • Dr. Serra: Claro, recuerdo un caso de Pere un niño que siempre se mostraba enojado en la escuela. Tras hablar con él, descubrimos que su enojo era en realidad tristeza por la ausencia de su padre, que viajaba mucho. Al ayudarle a reconocer y expresar su tristeza, pudo entender y manejar mejor sus emociones.


  • Profesor Casas: Interesante. Y en cuanto al aprendizaje a través de la experiencia, ¿cómo pueden las emociones difíciles ser oportunidades de aprendizaje?

  • Dr. Serra: Las emociones difíciles, como la tristeza o la frustración, son maestras en la vida de los niños. Les enseñan a ser resilientes. Por ejemplo, cuando un niño se enfrenta a la frustración de no poder resolver un rompecabezas y luego, con esfuerzo, lo logra, está aprendiendo que la perseverancia da frutos.

  • Continuando con los ejemplos, os puedo comentar el caso de Sara una niña pequeña que estaba frustrada porque no podía atarse los zapatos sola. En lugar de intervenir de inmediato, su madre la guio con paciencia. Con el tiempo, la niña no solo aprendió a atarse los zapatos, sino que también desarrolló la confianza en su capacidad para superar obstáculos por sí misma.


  • Profesor Casas: Dr. Serra, ¿podría hablarnos sobre cómo las emociones difíciles proporcionan herramientas para la vida a los niños?

  • Dr. Serra: Por supuesto. Las emociones como la decepción, la incomodidad y la frustración son esenciales para el crecimiento personal. Al enfrentar estas emociones, los niños aprenden a manejar situaciones adversas y a buscar soluciones creativas a los problemas. Esto les prepara para los desafíos futuros.

  • Profesor Casas: ¿Algún ejemplo que pueda compartir con nosotros?

  • Dr. Serra: Claro, recuerdo a Carles un niño que se decepcionó mucho al no ser elegido para el equipo de fútbol. En lugar de rendirse, utilizó esa decepción como motivación para mejorar sus habilidades. Al año siguiente, no solo hizo el equipo, sino que también ayudó a sus compañeros a manejar sus propias decepciones.


  • Profesor Casas: Interesante. Y en cuanto al papel de los cuidadores, ¿cómo deben actuar los padres y educadores?

  • Dr. Serra: Los cuidadores deben ser guías emocionales. Su rol es apoyar a los niños mientras navegan por sus emociones, ofreciendo un espacio seguro para expresarse y aprendiendo a gestionarlas. Es importante validar sus sentimientos y no minimizarlos.

  • Me viene a la mente, una vez una madre, creo que se llamaba María, que vino a mí preocupada porque su hijo Joan siempre parecía feliz y nunca expresaba tristeza. Trabajamos juntos para crear un ambiente donde el niño se sintiera cómodo expresando todas sus emociones. Con el tiempo, se volvió más abierto y equilibrado emocionalmente.


  • Profesor Casas: Y para finalizar, ¿qué puede decirnos sobre la importancia del equilibrio emocional?

  • Dr. Serra: El equilibrio emocional es fundamental. Los niños deben entender que todas las emociones son parte de la vida y que está bien no estar bien a veces. Aprender a gestionar estas emociones les permite enfrentar la vida con mayor fortaleza y sabiduría.

  • Profesor Casas: ¿Alguna sugerencia de cómo podríamos abordarlo en el colegio o en casa?

  • Dr. Serra: Claro, una vez trabajé con un grupo de niños que aprendieron a expresar su tristeza a través del arte. Crearon un ‘muro de las emociones’ donde compartían dibujos de cómo se sentían. Esto les enseñó que sus emociones eran válidas y que compartirlas era una forma de encontrar consuelo y apoyo.


  • Profesor Casas: Queridos padres y colegas, ha sido un privilegio contar con el Dr. Serra hoy aquí. Sus palabras nos han proporcionado una perspectiva valiosa sobre cómo acompañar a nuestros hijos en su viaje emocional. Le agradecemos sinceramente por compartir su sabiduría y experiencia con nosotros.

  • Dr. Serra: Gracias, Profesor Casas, y gracias a todos ustedes por su cálida acogida. Como padre y profesional de la psicología, creo firmemente que nuestro amor y guía deben ir de la mano con la libertad para que nuestros hijos experimenten la vida en toda su plenitud.

    Al abrazar cada emoción, desde la alegría hasta la tristeza, les enseñamos a construir su fortaleza interna y a equiparlos con las herramientas necesarias para su crecimiento personal. Recordemos que cada lágrima y cada sonrisa son los ladrillos de la resiliencia y la empatía que formarán el futuro de nuestros hijos.

    Sigamos adelante con el compromiso de nutrir seres humanos completos, capaces de enfrentar el mundo con coraje y corazón abierto.

    Muchas gracias.

Comentarios

Entradas populares de este blog

Más allá de un simple ‘Estoy Bien’

Maníacos del baile

El amor eterno de Jade