La magia de la ilusión
¿Qué harías si tuvieras la oportunidad de cumplir tu sueño más deseado?
¿Te conformarías con lo que tienes o te atreverías a ir a por ello? Esta es la historia de Sara, una mujer que decidió perseguir su pasión con ilusión.
Sara tenía 30 años y una vida rutinaria. Trabajaba como secretaria en una oficina, tenía un novio que no la valoraba y vivía en un piso pequeño y oscuro. Un día, al leer una revista, vio un anuncio que le llamó la atención.
Sara se puso a escribir con entusiasmo. Cada noche, después de trabajar, se encerraba en su habitación y dejaba volar su imaginación. Creó una historia de amor y aventuras ambientada en la ciudad de la luz. Se sintió feliz y realizada como nunca antes. Su novio se burlaba de ella y le decía que estaba perdiendo el tiempo, pero ella no le hizo caso. Sabía que estaba haciendo lo que le gustaba y que tenía una oportunidad única.
El día del fallo del concurso, Sara recibió una llamada. Era el jurado, que le comunicaba que había ganado el primer premio. Sara no podía creerlo. Se puso a llorar de emoción y a saltar de alegría. Había conseguido su sueño. Al día siguiente, rompió con su novio, hizo las maletas y se fue a París. Allí, se alojó en un hotel de lujo, con vistas a la Torre Eiffel. Recorrió la ciudad, visitando los lugares que había descrito en su novela. Se sintió como la protagonista de su propia historia.
Un día, recibió una invitación para ir a la editorial que iba a publicar su libro. Allí, conoció a su editor, un hombre joven y atractivo, que se llamaba Lucas. Él le dijo que su novela era un éxito y que le ofrecía un contrato para seguir escribiendo. Sara se quedó impresionada. No solo había cumplido su sueño de publicar, sino que además tenía la oportunidad de convertirse en una escritora profesional. Lucas le propuso salir a cenar para celebrarlo. Sara aceptó, sin saber que esa noche cambiaría su vida.
Mientras caminaban por el barrio latino, Sara y Lucas charlaban animadamente. De repente, se encontraron con una escena que les recordó a una de las que había escrito Sara en su novela. Unos ladrones habían robado una joyería y huían en una moto, perseguidos por la policía. Uno de los ladrones disparó al aire, causando el pánico entre la gente. Sara, sin pensarlo dos veces, se lanzó sobre uno de los ladrones y le arrebató el arma. Luego, le dio una patada y lo tiró de la moto. El otro ladrón perdió el equilibrio y se estrelló contra un coche. La policía llegó y detuvo a los ladrones. Sara devolvió el arma y las joyas a los agentes, que la felicitaron por su valentía.
Lucas la abrazó y la besó con admiración. Sara se sonrojó y le dijo que solo había hecho lo que haría la heroína de su novela. Lucas le dijo que era increíble y que de ahora en adelante tendría más en cuenta lo que escribía, porque parecía que sus historias se hacían realidad. Se miraron a los ojos y se besaron con pasión. Sara se enamoró perdidamente de él. Él también se enamoró de ella. Decidieron quedarse a vivir en París, la ciudad del amor.
Sara nunca volvió a su antigua vida, pero tampoco la echó de menos. Había encontrado una nueva vida, mucho más feliz y emocionante.
Había descubierto que la ilusión era el ingrediente que hacía posible los sueños
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